Aventuras en Nueva Zelanda

¡Feliz Año Nuevo a todos! Estamos escribiendo desde Sydney, Australia en este momento. Vinimos a celebrar este día especial con el resto del mundo, pero más sobre eso en un post futuro.

Hace un mes, salimos de Argentina para pasar 4 semanas explorando Nueva Zelanda, un país (y una región entera) en la que nunca habíamos puesto pie. A primera vista, 4 semanas parecen tiempo suficiente para conocer un país, pero en cuanto nos sentamos a investigar las opciones disponibles en este país tan diverso, nos dimos cuenta de que iba a ser casi imposible. Con eso en mente, nos fuimos para Auckland con la mentalidad relajada, esperando hacer lo mejor posible, sin apurarnos demasiado o estresarnos sobre nuestra falta de tiempo. Lo que lográramos ver, lo disfrutaríamos. Lo que no lográramos ver, quedaría para una futura aventura.

Una vez que llegamos y nos acomodamos en Auckland comenzamos nuestra planificación para todo el mes, mientras tanto disfrutamos de las muchas opciones de comida que Auckland tiene para ofrecer, caminamos alrededor de los prolijos parques neozelandeses e incluso visitamos Waiheke Island. En medio de todo esto nos cruzamos con una agencia de viajes por la calle, y manteniendo un el espíritu original de espontaneidad con el que arrancamos esta aventura, decidimos entrar. Antes de que lo supiéramos, estábamos saliendo del local con un pase de Stray confirmado para una gira a través de ambas islas norte y sur, en un viaje de paquete, encajando perfectamente nuestros tiempos originales!!

Bienvenidos a Stray

Stray es uno de esos servicios de colectivo turísticos que llevan gente por días o semanas, se encargan de la planificación y te guían a través de las atracciones principales mientras uno toma fotos sin pensar demasiado. A pesar de que la idea no podía sonar más lejos de nuestro estilo propio de viaje, hay algunas cualidades de Stray que llamaron nuestra atención y, añadiendo algo de espontaneidad, lo hicieron la decisión correcta para nosotros:

Hop-on Hop-off: uno se puede bajar del colectivo en cualquier destino, pasar los días adicionales que quiera por su cuenta y subirse a un colectivo próximo mas tarde para seguir adelante con el circuito sin costo alguno.
Los pasajeros tienden a ser jóvenes, pero no demasiado jóvenes: después de investigar un poco, aprendimos que este tipo de tour puede acabar siendo o demasiado aburrido si esta apuntado a personas mayores, o demasiado descarrilado si apunta a jóvenes de 18 a 20 años de edad. Stray parecía encajar el equilibrio justo para nosotros, con la mayoría de los viajeros entre 20 y 35 años de edad.
Un enfoque especial en visitar lugares no convencionales: Stray ha puesto mucho esfuerzo no sólo en cubrir las atracciones principales que las islas tienen para ofrecer, pero sino también en cubrir algunos lugares menos accesibles, donde el turismo general no llega y las experiencias son mas personales.

Con estas cualidades en mente, y sabiendo que tendríamos muchos más meses para explorar otros países de nuestra manera, decidimos pensar de manera diferente, improvisar un poco y tomar la oferta. No lo lamentamos en lo más mínimo.